Y no se trata de alguna escena cinematográfica ni una fiesta
descontrolada. Fue un hecho de guerra ocurrido en 1838 al 1839 entre México y
Francia. Y esta es su historia.
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Los franceses desembarcan en Veracruz |
Como algunos bien recordarán, un enfrentamiento entre
colonos tejanos norteamericanos y tropas regulares mexicanas en el Álamo había
significado la derrota de los invasores, persiguiendo el general y presidente
mexicano Antonio López de Santa Anna a los restos que huían. Pero en la batalla
de San Jacinto es sorprendido, derrotado y detenido, firmando el tratada de
Velasco (14 de mayo de 1836) donde reconocía la independencia de Texas, como
nuevo estado norteamericano.
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El contralmirante Baudin |
La política mejicana enfrenta a confederados y unitarios,
con violentas manifestaciones. Y a propósito de una de estas, en Tucubaya, un
francés de apellido Remontel y dueño de una pastelería acusó que varios
oficiales del ejército de Santa Anna se habían comido unos pasteles sin
pagarlos ¡en 1832!
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Bombardeos de la escuadra francesa |
El encargado de negocios de Francia en México, el barón
Antoine-Louis Deffaudis, se fue a su país, convenció al gobierno y regresó con
una flota de diez barcos de guerra a exigir el pago de los pasteles y otros
daños provocados a sus ciudadanos en las revueltas. Una indemnización en total
de 600.000 pesos, más 200.000 por gastos de la expedición, cifra gigantesca en
ese tiempo. El gobierno del presidente Anastasio Bustamante se negó a pagar,
iniciándose el bloqueo de Veracruz, con ataques y bombardeos. Pro Bustamante no
se rinde, por lo que llega una nueva flota armada francesa al mando del
contralmirante Charles Baudin a reforzar el ataque. Bustamante le pide al
desprestigiado Santa Anna que asuma el mando del ejército, pero es derrotado y
herido, perdiendo una pierna en el combate.
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El general López de Santa Anna |
La caída de México era inminente, pero la Flota británica de
las Indias Occidentales, al mando de Sir Richard Packenham, se hace presente y
obliga a los franceses a retirarse o a combatir. Presionados por la
superioridad británica, se firma un tratado de tregua con México, donde estos
últimos acuerdan cancelar los 600.000 pesos reclamados pero no los 200.000 de
compensación solicitados.
La guerra había durado entre abril de 1838 y marzo de 1839, el mismo año en que Chile derrotaba a la Confederación peruano-boliviana de Andrés de Santa Cruz.
Y así terminaba una guerra absurda, pagándose por unos
pasteles la cuenta más cara de la Historia.
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