Nada es más dramático que una guerra entre países, y la historia
universal es clara demostración de lo que señalamos. Miles de años de guerra
han cobrado millones de víctimas y generado tremendos desastres humanos. Y nuestro
país también debió enfrentar episodios bélicos en varias oportunidades durante el agitado
siglo diecinueve.
Las guerras por la independencia que se inician en 1813 en
tiempos de José Miguel Carrera, y que se van a prolongar en el tiempo bajo
distintas circunstancias y nominaciones: reconquista, patria nueva, toma de
Valdivia, anarquía, incorporación de la isla de Chiloé, la guerra a muerte, y así
una y otra vez tratando de consolidarse como país y como territorio. Y con
nuestros vecinos en más de alguna oportunidad, como la guerra contra la
Confederación peruano-boliviana de 1837-1839, contra España por apoyar a Perú
en 1865-1866, y finalmente la Guerra del Pacífico o del Salitre, entre 1879 y
1883.
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General boliviano Hilarión Daza |
Esos son los momentos de nuestra historia. Y si no hubo más
conflictos en esos años, es porque Chile se sometió a la "buena
vecindad" más que a la defensa de sus derechos. Y muestra de ello es la
venta boliviana de la Puna de Atacama a Argentina, en momentos en que era
territorio chileno conquistado en la guerra del Pacífico (1883). Bolivia posteriormente
negoció su territorio perdido con Argentina (en clara actitud bélica contra
Chile) quedándose Buenos Aires con 64.000 kilómetros cuadrados y Chile solo con
11.000 de los 75.000 kilómetros
cuadrados conquistados por Chile en la guerra.
Y así pasó con la Patagonia, Laguna del Desierto y otros
casos.
Pero en un discurso de la semana pasada, el presidente boliviano
señaló que la guerra del Pacífico había sido provocada por Inglaterra, concepto
que muchos repiten sin reflexión profunda. La crisis comenzó cuando Bolivia
desconoció los tratados y se enfrentó a la Compañía de Ferrocarriles y Salitre
de Antofagasta, de propiedad de chilenos en un 65 por ciento, mientras el 35
por ciento restante pertenecía a la Casa Gibbs de Londres, por lo tanto era
mayoritariamente chilena.
El intento boliviano de expropiar y rematar las salitreras
fue la causa del desembarco chileno en Antofagasta el 14 de febrero de 1879. El 1 de marzo de 1879, Bolivia se declaraba
en estado de guerra con Chile. En el artículo 1° de esta declaración se lee: "Queda cortado todo comercio
y comunicación con la República de Chile mientras dure la guerra que ha
promovido a Bolivia".
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Coronel Thomas North |
Solo
cuando Perú reconoció la existencia de un Tratado Secreto entre A todo esto, el futuro rey del salitre, el aventurero inglés
Thomas North había llegado diez años (1869) y trabajaba en Iquique, entonces
puerto peruano. Recordemos que el presidente Manuel Pardo había establecido la ley del estanco
en las salitreras, y entregado bonos o certificados a plazo a sus propietarios.
En 1878 North arrendó las oficinas de la Compañía de Aguas de Tarapacá. Allí
comenzó a hacer su fortuna, junto con la compra de algunas salitreras a bajo
precio.
Pero de allí a creer que North o el Imperio Británico provocaron
la guerra es uno más de los mitos que hemos escuchado antes y que seguimos
escuchando incluso de personas que imaginamos se informan bien antes de emitir
sus opiniones.
Los negocios de North forman parte de una historia que
comienza luego de la capitulación de Lima en enero de 1881, cuando cobra las
acciones correspondientes a las salitreras vendidas por Perú anteriormente. Y
esa es otra historia.
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