Hoy es 26 de mayo de 2018, y han
pasado exactamente 200 años desde que uno de los hombres más carismáticos, más
valientes y atractivos fue asesinado por la espalda. Se llamaba Manuel, tenía
dos hermanos, Carlos y Ambrosio, y los tres eran abogados. Vivieron el periodo
complejo de la independencia, cuando el enemigo eran los realistas. Manuel fue
procurador de la ciudad, auditor de guerra del ejército de los Andes, nombrado
por el propio San Martín, fue coronel del ejército, amigo y colaborador de José
Miguel Carrera, y uno de esos pocos genios que entrega muy rara vez la patria.
Hace 200 años troncharon su vida de
un balazo por la espalda, en una acción siniestra y cobarde. Su cuerpo fue
destrozado por golpes de culatas y bayonetas, abandonado a merced de los
perros, y finalmente rescatado y ocultado por temor a las represalias.
Nada justifica tan escalofriante
crimen. Aquellos que secretamente se
pusieron de acuerdo para tan deleznable acción no tendrán descanso a pesar
del paso del tiempo. Porque Manuel Rodríguez Erdoyza, el hombre que arriesgando
su vida desbarató las defensas realistas para dar el triunfo a los soldados en
Chacabuco, no mereció tan trágico destino.
Alguien dirá que eran tiempos
difíciles, incluso justificará “por razones de estado” una decisión tan severa.
Pero los crímenes serán crímenes así pasen los siglos. Y los que quisieron
eliminarlo de la Historia no imaginaron que el guerrillero, a quienes han
cantado los más grandes poetas y cuya vida ha sido narrada por los grandes
escritores, sigue viviendo en el alma de un pueblo que lo recuerda con pasión y
respeto.
Doscientos años que se concentran en
una imagen eterna. El capitán Benavente, integrante de la unidad militar
argentina que le lleva detenido, le advierte a Rodríguez que va a ser asesinado
esa noche. En el papel de un cigarro que le extiende ha escrito “huid”. Podemos imaginar a Manuel
leyendo la palabra, sonriendo sin esperanza a su amigo carrerino como él, y
encender el cigarro mientras un español al servicio del gobierno de Chile le
apunta su pistola por la espalda. Cuando el enemigo eran los realistas fue
asesinado por sus propios compatriotas.
Han pasado doscientos años y no puede
esconderse con el olvido una de las
tragedias más profundas de nuestra Historia.
Una pregunta respecto a un dibujo que realizó en el blog antiguo.
ResponderEliminarSobre un uniforme del batallón pudeto en la guerra civil de 1829
Me extraña el hecho que el soldado tenga su morrion con cordones y un pompón, O su casaca con carteras verticales en un momento de crisis económica
Podría aclararme esta duda?